Ayer tuve un sueño bien raro y me desperte pensando en la secu 10 y en el dia que hicieron las pruebas para elegir al coro de la escuela. Ahi va la historia:
Era mi segundo dia en la secundaria 10 (aka la secu del diablo) y a pesar de haber salido toda nerda de la primaria, NADA me habia preparado para la cuasi escuela militar de Doña Eva Nosequien.
Bueno el caso es que andaba yo con la depresión al máximo y sobre todo con ese sentimiento que me choca... físicamente se siente como si estuviera dando vueltas y vueltas en esos juegos de "las tazas locas" de las kermesses o disneylandia (ahora que andamos con lo gringo), plus una mezcla de nauseas mareadosas y super plus un sentimiento de sentirme chiquita chiquita. Ese mero.
En fin, así me sentia ese dia; el cambio de la primaria relax a la secundaria de Stalin casi me hacía llorar nomás con pensarlo. Eran como las 6:00 am y me negaba a salir de la cama. Mi cuarto estaba en lo que ahora es el "cuarto de estar" en el segundo piso. Así, sin paredes ni nada; era cuando la adolescencia me obligó a pelear por un cuarto para mi sola y me salió con que no había otro porque mis papás no habían pensado en eso todavía.
Como quien dice, mi cuarto estaba en el pasillo. Bien Unión Soviética, pero bueno, ahí estaba y yo sentía que era para mi sola (y para todos los que subieran las escaleras).
Total, que el tiempo seguía pasando y yo ahí tirada fingiendo que me dolía la cabeza y luego la panza y luego la cabeza otra vez. Hasta que mi papá (mi héroe) se sentó al lado de mi cama así bien película, no? De esas de cuando la hija tiene un problema y está en la cama con pijamas de conejitos y todo en el cuarto es color cremita y está una Mac de esas de colores en el fondo y el papá (o la mamá) le dicen "Honey, is everything fine? You know you can talk to me" y la hija después de 10 minutos de decir "Nothing, I just want to be alone" por fin suelta todo y total el papá (o la mamá) le dicen que "Everything is going to be fine, you have to be strong. When I was your age...." y ahhhhh la vida soñada de cada adolescente de The O.C. ....
....PUES NO ES CIERTO!
Bueno, mi papá (mi héroe) sí me dijo algo bonito, pero yo no tenía pijamas de conejitos, mi cuarto no era cremita, era blanco con alfombra roja y no había ninguna Mac sino que toda la tecnología en ese entonces de mi vida se reducía a un teléfono de esos de ruedita (que yo había rayado con "Ester-bruk" para verme más rebelde) y a un radio-cassette amarillo pollo donde escuchaba a Flans... pero bueno, el caso es que Don Felipe se sentó al lado de mi cama y me preguntó que por qué no quería ir a la escuela "ya en serio". A final de cuentas le dije que era porque no me gustaba (y ahi voy como siempre hago y nunca he podido deshacerme de ese hábito que tengo de llorar cuando tengo ganas de llorar) y pos si, empecé a llorar. Como niña, jeje. Mi papá (el héroe) me dijo "okey okey si esta vez te dejo faltar me prometes que mañana y todos los demás días vas a ir?" Ayyyy me sentí como volando, le dije que si si si neta te lo juro que si... Y me dejó faltar. A la escuela del diablo. Si señor!
Al día siguiente me enteré que el día que había faltado habían elegido a los niños y niñas que (forzosamente) iban a estar en el coro de la escuela por los 3 años que estuviéramos ahi. El coro!! Fiuu, que salvación. Me dijeron que el método tipo Inquisición que usaron fue formar a todos los güercos y güercas (y chiquillos y chiquillas) en el patio y decirles que uno por uno cantaran "Las Mañanitas" enfrente del maestro de coro, de las auxiliares... y de 3,000 otros güercos burlones.
El caso es que me salvé. Y los que no lloraron en la mañana y sus papás no les dieron el chance de su vida de faltar a la escuela tuvieron que ir cada sábados por 3 años de 8:00am a 1:00pm a practicar con el coro.
A pesar de acordarme exactamente y con super lujo de detalles de lo que pasó ese día, honestamente no recuerdo que más pasó. Creo que me levanté y vi la tele. Luego comí con mi familia (y evité ver a mi papá en los ojos después de habernos permitido yo tanto aprovechamiento de sus poderes como padre, y él tanto acercamiento tierno con la hija) y los dos fuimos culpables y amigos al mismo tiempo.
Después de eso nunca volví a faltar a la escuela.
Le escribí un e-mail a mi papá (aún mi héroe) pregúntandole si se acordaba. Tal vez me sorprenda si su respuesta es que no porque este episodio guajiro es de esos que siempre me vienen a la mente. No sé bien por qué pero de eso hace ya como 14 años y sigo acordándome como si hubiera sido esta mañana después de mi sueño.